Una concatenación de espacios de luz

Crítica a Daimon y la jodida lógica – Matarile Teatro

por Natalia Barraza


«El mundo está vivo y nada vivo tiene remedio».

Roberto Bolaño


La compañía gallega Matarile, nos ha visitado con la obra Daimon y la jodida lógica, dirigida por Ana Vallés con una escenificación compartida con Baltazar Patiño y un equipazo de nueve intérpretes al Teatre L’Artesà –que no para de sorprenderme con su excelente programación– del Prat de Llobregat.


Matarile, o Daimon, o Vallés/Patiño, o todo esto junto y a través de la jodida lógica escénica, nos deslumbran con un espectáculo vertiginoso, barroco a nivel de conceptos, presencias, escenas y lenguajes que se solapan, retroalimentan y saturan para remover las moléculas del vacío mediante una apabullante serie de escenas filosófico-musicales que ametrallan a la consciencia, que abren ventanas para conectar, desde la realidad de la fragilidad del propio ámbito escénico, a la vulnerabilidad y fuerza vital de los espectadores.


Demon o daemon, del griego daimon, en mitología, habla de lo sobrenatural y del destino individual asignado por los dioses. Muchos han usado este término para señalar la ética, la protección y la divinidad pasando por Sócrates, Platón, Hesíodo y Homero entre otros. Podría referirse, en connotaciones religiosas, a lo angelical y demoníaco conviviendo esencialmente en el humano. Daimon es un motor como lo es la inteligencia y el amor, y los démones, son la consciencia que nos guía entre los aspectos positivos y negativos de nosotr@s mism@s.


La obra nos habla en plata, directamente y llena de materia prima intelectual, emborrachándose y contagiándonos de lentejuela y decadencia a partes iguales.


Al ingresar al teatro nos encontramos con varias mesas rectangulares, un set de instrumentos prometedores y tres cuerpos que nos esperan. Hay una cierta concentración que desde el inicio denota una pulsión latente que quiere explotar.

La obra ya ha comenzado antes de llegar a verla, pero es a partir de la palabra que parece que el telón imaginario se abre del todo para arrancar el tren imparable del Daimon y sus portavoces.


Esta articulación de ideas, mezcla tabaco y grito con observaciones sobre la profesión, la auto explotación y la fantasía. Expone con orgullo las miserias de las contradicciones del arte, desde elucubraciones que refieren a Bolaño, Baudelaire o Artaud entre otros y, obviamente, de la mano y estilo de la directora y dramaturga Ana Vallés.


Algo que se instala desde la primera redundancia conceptual es que ésta, traducida a presencia, sonido, luz, baile y vestuario, se convertirá en un seductor pleonasmo de dos horas que va de imagen en imagen, potentes, profundas y brillantes.


La puesta en escena es versátil y su magia radica en una concatenación de espacios de luz, diseñados por Baltasar Patiño, que sorprenden generando atmósferas en las que la iluminación es un elemento fundamental para elevar a magia la composición de los cuadros que proponen.

FOTOS fotos Rubén Vilanova - Estreno en la Sala Ártika de Vigo (cliqueu sobre la foto per veure-les a tota pantalla)

Los cuerpos son dinámicos, son coro e individualidades complementarias, como una sola voz polifónica que tiene caras e historias distintas, a quienes les une la derrota, que de tan asumida se vuelve condición y, por ende, poetiza y juega con su propio sentido de existir. Esos cuerpos son carne de danza, golpes, saltos y movimientos de serpiente o de pez fuera del agua, masa que cae mil veces y mil veces se levanta, pero no de pie, se levanta encendida, se yergue en llamas.


Las apariciones y desapariciones abruptas de Ricardo Santana, Nuria Sotelo, Celeste, Alba Loureiro, Cristina Hernández Cruz, Nacho Sanz, Jorge de Arcos Pozo, Neus Villà Jürgens y Ana Cotoré toman forma de lucha de gladiadores o de conferencia o de desfile de hermosuras relativas donde se anuncian a sí mism@s de rebajas.


La fuerza de los intérpretes enfundand@s de dorado, de topos, de flores, de blanco impoluto, de espejo o de piel, generan postales vivas en las que a veces se detienen para entrar en algún hilo argumental o bien se desparraman en acordes y danzas.


Siempre hay un subtexto que les acompaña, un personaje o elemento que conecta simbólicamente con el imaginario colectivo, sean unas alas, un parche en el ojo, una campana al cuello o un par de muletas.


Se consagran hablándonos de satisfacción y pérdida mediante el susurro, de carne y física cuántica con las bragas en los tobillos, de identidad y decisiones desnudas que nos arrojan a la cara. Con un espacio sonoro que se nutre de los textos y la interpretación musical en directo sobrecogen el ritmo desde la batería, emocionan con la viola, nos arremete con fuerza a través del órgano, la guitarra o la trompeta tomando a veces la dimensión de un concierto o de fiesta inesperada.


La dramaturgia habla de un sueño imposible que busca la noche y los intérpretes, sedient@s de sentido, exponen la fragilidad de su inmensidad a pesar de la derrota que avanza como la nada en “la historia interminable”. La directora sabe compaginar las escenas compensando la elevada retórica filosófica con humor ácido o espectacularidad estilo cabaret. Desafía el tiempo habitual de una pieza escénica de creación para meter el dedo en la llaga y no dejarse nada en el tintero.


Desde el propio Daimon y negociando con lo que es o no lógico de sentido del arte y de sus artífices, esta obra es un gran manifiesto teórico y escénico que habla sin miedo desde la praxis y los muchos años de experiencia en el ámbito, pone en evidencia la marginalidad del mismo desde unos tacones de aguja y a golpe de baquetas y platillos.


Así pues en un abrazo ciego al desasosiego nos preguntan:


Y la vida, ¿cuando tuvo paz? 


Natalia Barraza

Abril 2021

FOTOS fotos Rubén Vilanova - Estreno en la Sala Ártika de Vigo (cliqueu sobre la foto per veure-les a tota pantalla)

Direcció Ana Vallés Intèrprets Ricardo Santana, Nuria Sotelo, Celeste, Alba Loureiro, Cristina Hernández Cruz, Nacho Sanz. Jorge de Arcos Pozo, Neus Villà Jürgens, Ana Cotoré Il·luminació, espai i producció musical Baltasar Patiño Músics Nacho Sanz (bateria processada i teclats), Cristina Hernández (teclats, veu i bateria), Alba Loureiro (viola processada i teclat), Neus Villà Jürgens (guitarra elèctrica i veu) i Nuria Soleto (trompeta). Assistents de direcció Ricardo Santana y Baltasar Patiño Textos Ana Vallés Altres textos Robert Burton, Ives Bonnefoy, Giuseppe Adami, llibretista de la romanza Morire?, de Giacomo Puccini, Charles Baudelaire, Cristina Hernández, Ricardo Santana Celeste, Neus Villà Jürgens i Ana Cotoré Arranjaments musicals Cristina Hernández, Nacho Sanz i Alba Loureiro Coreografies: Ana Cotoré, Ricardo Santana, Nuria Sotelo, Celeste, Cristina Hernández Cruz, Neus Villà Jürgens, Jorge de Arcos Pozo, Alba Loureiro i Ana Vallés Vestuari Matarile Teatro i Naftalina Imatge gràfica i xarxes Baltasar Patiño Foto Rubén Vilanova Vídeo Edición Rusa Construccions José Faro i José Quintela Suport tècnic Matarile Teatro, RTA i PantinHaus Assistència tècnica assajos José Quintela Assistència tècnica en gira Miguel Muñoz, José Faro i José Quintela Teclat Super Continental col·lecció de la PantinHaus de Pilar i Nacho Agraïments Ónfalo Teatro Agraïment especial Agus y Lali, per la seva col·laboració i generositat. Comunicació La Locomotora Comunicación Producció i distribució Juancho Gianzo. L'Artesa, 20.3.2021

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i més fotografies

FOTOS Azkuna Zentroa Alhondiga (cliqueu sobre la foto per veure-les a tota pantalla)


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