Fotografia Tristan Perez-Martin

Materia prima escénica visceral

Entrevista a Los Informalls: Luis García y Pere Joseph

por Natalia Barraza


Si algo tienen las artes vivas es que su condición efímera –y por tanto frágil– las vuelve potencialmente adrenalínicas. Existen piezas que puedes asimilar en mayor o menor medida según una combinación de circunstancias:


  • la realidad en la que se inserta,
  • el momento vital de la obra y de los artistas que la llevan a cabo y
  • el estado individual y colectivo del público


y es precisamente esta ecuación/conjunción entre ellas lo que generarán un efecto único, indisociable de los factores que han compuesto el encuentro.


Hace unos meses asistí a la presentación del espectáculo Entrañas con patatas de la compañía Los Informalls con la intención de escribir un artículo sobre su pieza. Resulta que por el efecto (positivísimo) que la obra dejó en mí, no pude sólo remitirme a hacer, como en otras ocasiones, una disección de los elementos que la componen mediante un ejercicio de análisis. Quise ahondar en la pieza, sí, pero junto a ellos, entrar en su universo, entablar una conversación con los artífices de esta locura de obra, Luis García y Pere Joseph, y así entender mejor los detonantes, metodología y enfoque de su particular lenguaje.


Por tanto nos pusimos en contacto, definimos un lugar y espacio y compartimos durante una tarde algo más que una entrevista, una interesante mesa de reflexión que a continuación os comparto.


Pregunta: Vamos a partir de la dramaturgia, de los elementos que componen la pieza, hablemos de lo que la nutre. Me gustaría preguntaros sobre el porqué de ciertas cosas que tienen que ver con la obra, pero también con vuestra relación y posicionamiento en el ámbito de la creación escénica. Y empecemos por el principio. Algo que puede parecer banal (y no lo es) es el título que habéis elegido. ¿Por qué se llama Entrañas con patatas?


Luis: Hay muchos motivos de su origen. Uno de ellos es que hace tiempo nos inventamos una manera de analizar las obras que habíamos visto comparándolas con platos de comida, una especie de feedback instantáneo relacionando el efecto que nos dejaban con términos culinarios. Nos preguntábamos: si esta pieza que vimos fuera un plato ¿cuál hubiera sido?


Pere: Hacíamos comparaciones como: esto ha sido un petit follie. Y significaba que era un plato grande muy adornado pero con poca comida, no nos llenaba.


Luis: Desde hace años nos acompaña esta idea, de hecho comenzamos a usarla cuando hacíamos los primeros dossiers. Los organizábamos como si fuera el “menú del día” para diferenciar las partes del proceso. Como: primer plato = una residencia, segundo plato = la pieza... 


Mucho de nuestro trabajo forma parte de nuestra relación. Desde el 2009 trabajamos juntos, pero nos conocemos desde el 2005, cuando hacíamos atletismo. Incluso hay materiales de la pieza que vienen de esa época. Esto de la comparación con la comida no recuerdo cuándo nació exactamente, pero es un código antiguo entre nosotros.


Pere: Nosotros queríamos que nuestra pieza fuera un plato con el que te quedas a gusto y que después de ella necesites una siesta. Lo de “entrañas” tiene que ver no sólo con el corte de la carne, sino con el hecho de que proviene de un lugar profundo.


Luis: Dijimos: vamos a hacer una pieza en la que pongamos todo. Y creo que viene de ahí. Si fuera un plato, queremos que sea un placer, por eso creemos que la idea de “las entrañas” habla de esto: de una manera de estar en el escenario. Cuando vemos piezas, más allá de si son mejores o peores, valoramos mucho cuando l@s artistas han sudado, cuando no hay duda de que lo han dado todo... Cuando miras al performer a la cara y no lo reconoces.

¿Tiene que ver con la implicación, con la entrega?


Pere: … también tiene que ver con el riesgo, con abrirse, ir más allá de lo estético, ponerte en ese lugar comprometido y vulnerable.


Luis: Al principio se llamaba Entrañas con patatas y guarnición. A mí ese título no me acababa de convencer, pero había que tomar una decisión: las instituciones piden un título para denominarlo. Éste es el que usamos para el Centre Cívic Barceloneta en la primera muestra a finales del 2019, luego fue cogiendo peso, confiamos en él, nos comimos la “guarnición” y así se quedó. Ahora estamos los dos a gusto con él.


Pere: A mí hablar de las patatas me recuerda a esa expresión de “te lo comes con patatas”. Sabemos que es una propuesta arriesgada, incluso cruda a muchos niveles y queríamos decir: estos somos nosotros, tenemos la urgencia de hacer esto y te lo vas a co-mer-con-pa-ta-tas.


Luis: De hecho teníamos la idea de dar patatas en el bolo y todo.


(suenan risas varias y el crujido de patatas fritas)


Definitivamente es importante la denominación de la pieza. Ahora que os escucho, entiendo incluso más cosas de la obra. Pienso que hay algo de la creación que acaba complementando su sentido en el nombre.


Luis: Nosotros venimos de las Bellas Artes y una de las cosas que aprendes de la carrera es que ninguna decisión en la obra es irrelevante, el título es parte de la pieza. A mí, por ejemplo, poner nombre a las obras me parece muy difícil. De hecho, por lo general es lo único que el público sabe cuando entra y obviamente los condiciona. En este caso, después de tanto proceso creativo vivido, estoy contento con este. Nos sentimos identificados y nos representa sin desvelarnos del todo.


Y para ir más adentro en el análisis de Entrañas… ¿de qué material está construida?, ¿cuáles son sus cimientos?, ¿cuál es la materia prima de la que se compone?. ¿cuáles son los marcos conceptuales que ayudan a contextualizarla?


Luis: Yo creo que uno de los cimientos fundamentales de la obra es nuestra relación de amistad.

Esa es una semilla entiendo, un punto de partida, ¿no? Pero, ¿respecto a qué parámetros formales está construida? Yo, desde fuera, diría por ejemplo que hay cuerpo, performatividad, coreografía, música y relación con la luz… Todo esto a nivel formal es muy potente en vuestra pieza.


Luis: Todo esto más formal, como dices, ha venido al final, como un resultado. Estamos contentos con que eso haya pasado, pero el peso gordo, inicialmente, ha sido el cuerpo.


Pere: Creo que a nivel abstracto habla de nuestra esencia, es una pieza que nos presenta en todos los niveles, tanto personal como de aquello en lo que creemos. A nivel formal diría también que la improvisación, como herramienta de composición, es algo que está muy presente y en lo que creemos.


Resumiendo: para vosotros los elementos que la componen de forma más clara y contundente son cuerpo e improvisación y, a nivel conceptual, habla sobre vuestra amistad en esta especie de presentación personal.


Pere: Si, es un statement, un manifiesto.


Luis: Además, en esta obra somos tres personas interactuando. Contamos con Valentina Azzati, que nos acompaña con la parte técnica, sólo que su presencia es fundamental para el desarrollo de la misma, o sea, que también está en escena. Al entrar ella al final del proceso de creación y cuando vio la propuesta nos dijo: esta es vuestra primera pieza y para mí habla de vosotros dos. Es una presentación ante el mundo en plan: hola, somos esto, ahora.


Antes de presentarla a público o espacios más formales, ¿cuánto tiempo habéis invertido en la creación?


Luis: Hasta que la parimos y dijimos: vale, estamos todas contentas, han pasado dos años.


Pere: Llevábamos mucho tiempo con ganas de crear algo juntos, intentando cuadrar nuestras vidas para hacerlo, así que pasaron años con esa intención e incluso al final casi sonaba a utopía. Pero ese día llegó y, cuando nos juntamos, fue como la colisión de dos meteoritos, estábamos desbocados en el estudio, probando, descubriendo y recuperando todo tipo de materiales y experiencias.


Desde el origen de la idea hasta la actualidad en la puesta de escena ¿ha cambiado mucho?


Luis: Toda esta historia de Los Informalls, de hecho, comenzó con otra persona, Emilio Enigma, y en un colectivo que fundamos anteriormente, se llamaba el Enigmadelafruta. Desde el 2009 hasta el 2016 pasamos seis o siete años navegando en una tormenta de ideas constante, nos cuestionábamos como liarla y disfrutar al máximo con nuestras obras, teníamos una urgencia vital en la que incluso sin tener ni idea de actuar nos tirábamos a hacerlo donde fuera. Esa es la raíz de esta compañía y casi nadie conoce este origen, pero, quien lo ha visto y vivido, podrá entender que es coherente con esa realidad que vivimos hoy. Nuestra relación viene de ahí, del Enigma y de la danza. 

web del “enigma”: https://losinformalls.com/eedlf/

Pere: En cuanto a la obra, los últimos cambios fueron más técnicos o de vestuario, pero la esencia, desde que decidimos la estructura final, ha sido la misma. La figura de Valentina es la que más ha tardado en cuajar, o en encontrar su lugar, pero, poco a poco, vamos encontrando las respuestas bolo tras bolo.



Luis: Sí, ha cambiado sobre todo respecto a las primeras muestras del proceso. Al principio, cada presentación que hacíamos implicaba una gran toma de decisiones. Por ejemplo, inicialmente eramos 5 personas en escena, los dos músicos: Pol Jubany y Mattia Sinigagli, Valentina Azzati como técnica y nosotros dos. A nivel logístico, nos dimos cuenta de que no era muy sostenible y nos fuimos adaptando. Y con la premisa de que siempre menos es más, creo que esto también fue un acierto. Fue en noviembre de 2020 cuando nació la versión que has visto y con la que rulamos. Aunque siempre va madurando y cambiando, ahora la estructura es sólida y seguimos jugando sobre ella.

El inicio de la obra es una especie de manifiesto, donde marcáis unos parámetros e intenciones que refuerzan lo que comentábamos antes sobre el tipo de entrega que os interesa. ¿Qué otras capas sentís que se articulan? ¿Qué otros temas os movilizan?


Luis: Algo importante que nos preguntamos es: ¿cómo podemos ser fieles a nosotros mismos en los momentos de exposición escénica?, ¿cómo podemos crear algo en lo que podamos ser auténticos dentro y fuera de ella? Esta pieza resume que nos sentimos empoderados y queríamos ponerlo sobre la mesa. La obra es un frame donde podemos decir esto, e ir más allá del escenario. Nos interesa la relación entre el artista y su obra, diluir la frontera que lo separa. Y recordarnos que como performers también tenemos ante nosotros una hora de viaje y… no nos vamos a quedar con hambre! Esperamos que en este viaje salgamos todos “bien comidos”.


Pere: Algo que también nos moviliza mucho es que no nos sentimos muy identificados con muchas cosas del contexto de las artes escénicas. Queremos reivindicar que existen otras maneras y vías para crear y ponerlas en práctica.


No identificarse con algo en concreto, crea a su vez otro espacio posible en el cual estar. En base a esto que mencionáis de que no os sentís identificados en el sector, diría que la no identificación es también ponerse en contexto, o sea: decir “no soy eso”  es decir “soy lo otro”.


Luis: Sí y, de hecho, ese “otro” lugar en el que estamos es también una gran fuente de inspiración para nosotros en este momento, pero, aún a pesar de eso, si hay algo que también reivindicamos claramente en esta propuesta es el juego: un juego constante.


Y no es un juego aleatorio, el juego como tal, es algo formal de la obra también…


Luis: Siempre hemos confiado en que, si nos la pasamos bien y disfrutamos en escena, los demás, o sea, el público, también lo hará. Esto genera una especie de imán. ¿Para quién hacemos esto? ¿Para nosotros o para quién? El trabajo más difícil ha sido hacer que nuestro juego no se quede solo entre nosotros dos, poder extrapolarlo a los espectadores.


Y saliendo un poco del margen de la obra, ya que hablabas de inspiraciones… ¿Quiénes son vuestros referentes?


Luis: Muchas veces nuestras mayores inspiraciones han sido gente cercana, colegas y conocidos. Dejándonos muchos fuera, ahora mismo te podría decir: Svalbard Company, Boa Mistura, el Gato con Moscas, Animal Religion, Sara la Moñeka, Rafa Ibañez, Javier Cruz, Ampparito entre otros.


Pere: También para este proceso chupamos mucho de textos de Antonin Artaud, Comité Invisible, Anne Bogart y Peter Handke


Luis: Personalmente alguien que me ha inspirado mucho es Rodrigo García. Me inspiran sus puestas en escena, los materiales, la performatividad de los actores y, sobre todo, su manera de escribir. Me ha influenciado mucho a la hora de sentarme en el escenario y compartir mis textos.


Y ¿quién os ha “volado la cabeza” escénicamente hablando?


Pere: A mi Dimitris Papapionaou, con la pieza The Great Tammer, me flipó, es lo que más me ha impresionado últimamente. Salí de allí pensando: es un mago, un ilusionista! Cuando algo ha pasado que te ha robado la atención, ha construido otra cosa delante de tus ojos y pum, te lo has comido, es muy impactante.


Luis: Yo voy a mencionar una pieza que me inspiró mucho a la hora de crear “entrañas”. Es una obra de Janet Novas Mercedes mais eu. Después de verla volví a creer en el cuerpo y el movimiento.


Ahora con la pieza acabada y un camino por delante, ¿cuál es vuestra intención con ella?


Pere: A mi me surge decir que con esta pieza tenemos una llave y, si es posible, nos haremos un hueco en el panorama escénico actual.

Imaginemos que Entrañas con patatas está encima de una tabla y que tiene que sostenerse sobre las olas. El mar son las decisiones vitales, conceptuales. Y el contexto en el que os movéis: la escena, el teatro, la danza ¿A dónde pensáis que os puede llevar? ¿Hay una estrategia en ella, un rumbo? ¿os habéis planteado su viabilidad?


Luis: Estábamos cansados de participar en procesos de tres meses que acaban en unos cuantos bolos. En el circo, por ejemplo, tardan más en crear, pero rulan durante más tiempo. No queríamos fast food escénico. Queríamos salir al escenario con algo más maduro, con una propuesta sólida y estar seguros de ella. No ha sido una estrategia de antemano, pero sí que apostamos por cocinar esta creación a fuego lento y que quizás esto nos permita que su rumbo y trayectoria sea más longeva.


Pere: Si pienso en este planteamiento, ya que lo pones sobre la mesa, me imagino una antología, algo como lo que han hecho ahora en el Mercat de les Flors para Malpelo. Me encantaría retomarla con los años, hacer Entrañas con patatas con nosotros de 50 años ¿Te imaginas?


Una manera de sostener proyectos es irlos actualizando. Esto ayudará a procurar su vigencia. La estrategia quizás sea tratar solo de encontrar la hipótesis: ¿cómo la puedo continuar anclando en el presente?


Luis: Algo que le pasa a esta pieza es que, cuanto más la hacemos, más viva está. Un gran trabajo que hemos hecho y del que estamos orgullosos es que tenemos una estructura sólida, pero que a la vez nos permite estar frescos. Yo, por ejemplo, en mi texto final agrego cosas que me han pasado recientemente. Queríamos hacer una propuesta flexible, que tenga la capacidad de actualizarse y habitarla de diferentes maneras.


Pere: La pieza tiene un esqueleto fijo, pero entre un punto y otro tenemos libertad de acción. En veinte años, en esos huecos es donde se podrán plasmar nuevos “ahoras”. Nos damos mucha libertad en esa estructura.


Ahora, como juego, decidme una frase “lapidaria” de la pieza o del grupo, algo que la defina atemporalmente.


Luis: Van a salir varias. De Los Informalls tengo una ya: “¡A muerte o muertos!.”


(risas y más risas)


Pere: Y de Entrañas con Patatas sería: “Las cagadas se improvisan”


Luis: Otra sería “Las artes famélicas están escénicas”. Todas estas frases y muchas otras joyas que nunca conoceréis han nacido de la creación de esta pieza y de improvisaciones muy locas durante el proceso.


Y ¿qué otras áreas de conocimiento se abren a partir de la pieza y os llevan más allá?


Luis: A mí me interesa explorar la escena más allá de lo que domino de ella, por ejemplo, me encantaría hacer teatro de texto. Personalmente, el texto me flipa, me ha motivado a leer más, conocer más autores, teatro, literatura, poesía, maneras de componer estructuralmente. En este tiempo de creación he puesto más peso y atención a mi relación con el texto y me ha molado.


Pere: Yo vengo de la expresión corporal, teatro, pero más físico. Esta pieza ha sido un crecimiento muy heavy para mí en cuanto a la danza y la composición, también gracias a Luis, que viene de esa formación. Yo creo que en ese sentido nos hemos retroalimentado de áreas de conocimiento que ambos traíamos y fueron aportaciones que nos ayudan a los dos a encontrar nuevas puertas y soluciones a los problemas que nosotros mismos nos creamos.



Cuando hablo de otros conocimientos que se relacionan con la obra, me refiero también a capas que incluso suenan ajenas a ella, pero quizás no lo son. Yo veo en vuestra obra asuntos arquitectónicos, políticos, filosóficos, fotográficos, plásticos… para mi tiene que ver con una nueva manera de abordar la creación. La conexión genial que entabláis con el público, desde la provocación y la adrenalina, desde un lugar tan bestial y a la vez humano, cercano, habla de un montón de otras cosas que no son menos importantes. Vais a un lugar muy íntimo desde el desparpajo y creo que esto genera una gran empatía porque nos acaba involucrando integralmente como espectadores. Por ejemplo, y en otro contexto, para mí lo más interesante de la música es el silencio, es lo que da valor a lo que suena. Y en vuestra obra, en la que la luz es tan importante, los momentos de oscuridad me han llamado mucho la atención. Lo interesante, para mí, son esos lugares de omisión.  En este sentido, ¿cómo habéis encarado la dramaturgia?


Luis: Una persona muy importante en la consolidación de la obra ha sido Piero Steiner, que fue la mirada externa durante la última etapa de la creación. Él, como agente externo, y que no nos conocía mucho previamente, nos ayudó a ver y componer la dramaturgia desde una perspectiva nueva para nosotros. Él fue quién nos ayudó a orquestar y componer el caos de energía que traíamos en un principio. La figura de Piero ha sido crucial en toda esta historia.


Pere: Por ejemplo: El primer feedback que nos dio fue que gritábamos demasiado. Dijo:  Chicos, los gritos están muy bien, pero si gritan todo el rato, la energía se os va constantemente, se pierde la potencia y freímos al público. A partir de ahí, le dimos el mando de la consola durante unos días y nos entregamos a él. Cuando se fue hubo un trabajo interno de negociación entre su propuesta y la nuestra, porque en las dos había cosas relevantes y el resultado final quedó en una bonita mezcla de su mirada externa y nuestro sentimiento interno.


Actualmente y después de la repercusión que empieza a tener vuestro trabajo, ¿en qué contexto creéis que se puede acoger lo que hacéis?


Pere: Aún lo estamos descifrando. Creo que necesitamos más tiempo y que más gente nos conozca. Hay un momento muy claro que nos ayudó a posicionarnos, que es donde nació realmente la propuesta, o sea: en una residencia en el Konvent Zero en Berga. Debido a la escasa infraestructura técnica que tienen, adaptamos el material a sus recursos y, gracias a esa “escasez” de medios, reencontramos nuestra esencia y consolidamos el tener un proyecto potente y genuino que no dependía tanto de los medios. Empezamos a pensar que quizás el contexto donde nos imaginábamos estar no es el adecuado y que hay que encontrar o crear lugares y plataformas más acordes con nuestros valores, en los que verdaderamente creemos y no intentar entrar en sitios donde quizás no encajamos.


Luis: Sí, por ejemplo, el tipo de iluminación de nuestra obra es algo que habla de nosotros en forma y contenido. Todo lo enchufamos y desenchufamos en escena. Trabajamos sin dimmer, sin mesa de luces, es todo analógico y manual. Es una manera de ser y hacer casi artesanal y desnuda y, de ser una desventaja en un principio por la falta de medios, se ha convertido en una de las propuestas conceptuales de la pieza que más nos gusta.


Pere: Yo soy muy romántico y creo que si la idea y la obra son valiosas, su lugar y contexto aparecerán. Ahora estamos en un lugar intermedio entre la danza y el teatro, algún sitio en el subsuelo, el “underground” de Barcelona, moviendo la tierra, picando piedras y haciendo ruido. Donde estemos mañana, el tiempo lo dirá.


Seguro que, de manera progresiva, vais a ir abriéndoos camino. Sobre todo no perdaís la urgencia pero tampoco la paciencia. Si lleváis dos años con esto, diría que es un buen diagnóstico estar donde estáis.


Luis: Son dos años y medio de Los Informalls, pero esto es relativo, porque, en realidad, desde el 2009 estamos machacándonos la cabeza y el cuerpo. Son 12 años que vamos viendo que hay lugares en los que encajamos y otros en los que no. Nos vamos dando cuenta de que muchas veces hay más influencias políticas que de calidad artística.


Pere: De manera concreta, necesitamos poder vivir de esto. Apreciamos lo que tenemos, pero buscamos la visibilidad y continuidad para profundizar en nuestro trabajo.


Luis: Hay algo potente en crear ficción y criticar al sector en su cara, tirar piedras a tu propio tejado es parte de un discurso. El fondo de todo esto es un rechazo a la institución oficial y, si alguna vez estamos dentro, tendremos que hablar de ella desde allí, sin bajarnos los pantalones.


Que estar dentro sea para servir de puente. Como artista creo que es importante no mantener una posición arbitraria negativa y asumir que trascender esta frontera ha de servir para aportar algo.


Luis: Ojalá perfiles como los nuestros entren y modifiquen las cosas desde allí. Ya se verá.


Natalia: Estar dentro del medio, si sirve para la solvencia del proyecto y para profundizar en la creación, debería ser lo “normal” y no tener solo que cruzar los dedos con cada convocatoria, como si se tratara de un juego de azar. Formar parte del tejido de creadores, en lugares consolidados, debería servir para conectar y hacer una especie de enlace. Creo que se puede. Si un día esto pasa, tenemos que ser la grieta, con una misión, que no es solo la de estar allí, sino la de enlazar realidades…


Así, entre ésta y otras frases rizomáticas que seguimos desarrollando en la nube de la charla cerramos el encuentro con un montón de inspiraciones, ideas e intercambio de criterios.


Debo decir que considero que ver su pieza fue un gran descubrimiento, que me sorprendió gratamente, y la recomiendo tan pronto como se programe en algún espacio. Agradezco el hecho de que me confirmaran que se puede seguir encontrando este tipo de riesgo, de creaciones y entrega en las nuevas apuestas y reconocer en ellos un compromiso de calidad y búsqueda tanto como creadores como como personas. Gracias a esta entrevista he podido profundizar un poco más en su manera de abordar las artes escénicas: artesanal, sensible y potente.


No los perdáis de vista. Lo van a petar. 


Natalia Barraza

Barcelona, 31.10.2021

Web: www.losinformalls.com


Trailer de la pieza “Entrañas con patataas” https://vimeo.com/605564048


altres articles de Natalia Barraza


Si t'ha agradat aquest article i vols seguir-nos, pots fer-ho a través de telegram


Share by: